Hoy tu ángel te dice: No escondas lo que sientes

Hoy tu ángel te dice:

Yo Soy el ángel que desciende para ayudarte a volar y crecer. No temas sentir lo que estás sintiendo, porque incluso tu dolor es sagrado cuando lo miras con amor. Ábrete a esta luz que desciende ahora, que te envuelve con ternura y te recuerda que no estás solo. Yo te doy Fuerza y Magia Angélica. No para que escondas lo que sientes, sino para que puedas sostenerlo, abrazarlo y transformarlo. Lo que duele en tu interior no es debilidad, es un mensaje. Una llave. Una puerta que se abre cuando te atreves a entrar en ti sin miedo. Y hoy, amado mío, esa puerta está justo frente a ti.

Sé que a veces sientes que todo te supera. Que hay días en los que la emoción se desborda sin previo aviso y no sabes muy bien cómo manejarla. Sientes una presión en el pecho, una tristeza que no entiendes del todo, o una rabia que te inquieta. Y quizá piensas que lo mejor es hacer como si nada pasara, buscar distracciones, seguir con la rutina. Pero no. Hoy te digo que lo más valiente que puedes hacer es detenerte, respirar, y permitirte sentir.

Tu cuerpo habla. Tu corazón habla. Tu alma también. Y no lo hacen para castigarte, sino para liberarte. Cada emoción que se presenta hoy tiene una raíz que merece ser comprendida. No tienes que pelear con lo que sientes, ni esconderlo, ni juzgarte. Solo escúchate. Tal vez hay un miedo antiguo que aún no has sanado. Una herida que pide ser vista. Un límite que no estás respetando. Una necesidad profunda de cariño que has estado ignorando.

Yo estoy aquí para acompañarte en ese proceso. Para ayudarte a no escapar de ti mismo. Porque cuanto más huyes, más larga se hace la distancia entre tú y tu paz. Pero cuando decides mirar con honestidad lo que hay en tu interior, algo comienza a ordenarse. Hoy puedes dar ese paso. No necesitas soluciones inmediatas, solo la disposición a estar contigo desde la verdad.

Te propongo que hoy hagas algo diferente. En lugar de distraerte, escúchate. En lugar de reprimir lo que sientes, respíralo. En lugar de culparte o culpar a otros, observa. Hay tanto que puedes aprender si eliges mirar con compasión. No eres frágil por sentir. Eres fuerte por atreverte a no ignorarlo más.

Cada emoción te guía, aunque no siempre lo veas al principio. La tristeza te conecta con lo que perdiste, y con lo que necesitas recuperar. La rabia te muestra lo que duele, lo que no se respeta. El miedo te avisa de algo que aún necesita claridad. Y cuando las abrazas en lugar de luchar contra ellas, se transforman.

Hoy también es una oportunidad para perdonarte. Por no haber sabido cómo cuidar de ti antes. Por haberte exigido tanto. Por haberte callado cosas que necesitaban salir. No importa lo que haya pasado, hoy puedes comenzar de nuevo. Desde un lugar más amoroso, más consciente, más libre.

Y no olvides esto: tú no estás roto. Estás despertando. Estás creciendo. Estás regresando a ti. Cada paso que das hacia tu interior es una victoria. Y yo, que estoy a tu lado, celebro contigo cada uno de esos pasos, por más pequeños que parezcan.

Permítete sentir, y verás cómo poco a poco lo oscuro se vuelve luz. Porque dentro de ti hay más fuerza de la que imaginas. Y yo estoy aquí para recordártelo.